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LA ALHAMBRA
Se haya visitado una o mil veces, siempre hay nuevos espacios o nuevas excusas para volver a esta incuestionable maravilla del mundo que se levanta sobre el cerro de la Sabika. Un remanso de paz animado por el rumor del agua y desde cuyos miradores se advierten las vistas más evocadoras de Granada. En sus palacios nazaríes se encuentran las estancias más suntuosas: el Mexuar, el palacio de los Arrayanes y el patio de los Leones; luego la Alcazaba, el recinto fortificado más antiguo, hasta llegar al Palacio de Carlos V, hoy Museo de la Alhambra y Museo de Bellas Artes.
EL TEIDE
Desde sus 3718 metros de altura, el pico más alto de España domina majestuoso el gigantesco circo volcánico de Las Cañadas, declarado parque nacional y sembrado de conos volcánicos, campos de lava, fumarolas y aislados roques tan famosos como los de García. Pero esta inmensa caldera doble encierra entre sus paredes acantiladas, además de un privilegiado muestrario de formas y relieves eruptivos, una gran variedad de especies vegetales, muchas de ellas únicas. Subir al atardecer hasta casi la cima del Teide y brindar con una copa de espumoso canario viendo el mar de nubes tiñéndose con el ocaso en el silencio más absoluto es un plus a la ascensión.
LA MEZQUITA DE CÓRDOBA
Una obra de arte en sí misma. Pero, sobre todo, el alma y el sentido de Córdoba. Nació como templo de culto islámico, llegando a ser la segunda más grande del mundo, para pasar a ser catedral cristiana. Declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, en su interior impresionan el mihrab y la maqsura, los espacios más deslumbrantes del monumento omeya, pero también la capilla mayor, de estilo gótico y la capilla Real, con una decoración de estilo mudéjar.
LAGOS DE COVADONGA
Una sinuosa carretera que salva increíbles desniveles y abruptos precipicios asciende desde el santuario de Covadonga a otro santuario (pero este natural), el de los lagos de Covadonga, la incursión más clásica al corazón montañoso de los Picos de Europa. Un conjunto de lagunas entre las que sobresalen los lagos de Enol, el de mayores dimensiones, y de Ercina, rodeados de excelentes prados donde vacas, caballos y ovejas pastan libremente.
LA GIRALDA Y LOS REALES ALCÁZARES
Sevilla es una ciudad de estampas, encuadres y, sobre todo, de perspectivas. Una de las mejores la ofrece el gran símbolo de la ciudad: la Giralda. Desde el viejo almirar almohade se observa una vista impagable de la catedral, a sus pies –el mayor monumento gótico de la cristiandad–, de los próximos Reales Alcázares –el recinto palaciego decorado con la arquitectura mudéjar más suntuosa de cuantas prodigó Andalucía– y de toda la ciudad.
MUSEO DEL PRADO
Son 7600 pinturas, 1000 esculturas, 4800 estampas y 8200 dibujos los que alberga esta institución bicentenaria que, además de ser uno de los museos más importantes del mundo, es uno de los principales reclamos turísticos de la capital. Casi nada. En su interior se admiran las colecciones más extensas de los más relevantes pintores europeos: Goya, Velázquez, El Bosco, El Greco, Rubens, Tiziano… Junto con el Museo Thyssen-Bornemisza y el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía forma el llamado Triángulo del Arte.
PARQUE NACIONAL DE ORDESA Y MONTE PERDIDO
No será por títulos. Ordesa ostenta el honor de ser el segundo parque más antiguo de España, Reserva de la Biosfera y, además, Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Dentro de sus límites hay picos de más de 3000 metros, restos de glaciares, bosques de hayas, además del macizo calcáreo más alto de Europa, donde la acción del agua durante millones de años ha formado un paisaje monumental que se diversifica en 4 valles. El de Ordesa es el más conocido por sus espectaculares cascadas, especialmente la Cola de Caballo. También para no perderse, el centro de visitantes El Parador, el pueblo de Torla –por su hermoso emplazamiento– el Monte Perdido, el cañón de Añisclo y las gargantas de Escuaín.
CASCO HISTÓRICO DE CÁCERES
El Arco de la Estrella da acceso al casco antiguo de Cáceres, la ciudad medieval llena de calles, recodos y placitas cargadas de historia, pero también de iglesias, palacios y casas solariegas que componen un armónico y excelentemente conservado conjunto arquitectónico que evoca otros tiempos tan lejanos como heroicos, tan legendarios como fascinantes. La plaza de Santa María, donde está la concatedral y también numerosos palacios rodeándola, y las de San Jorge, San Mateo o de las Veletas son algunos de los rincones imprescindibles de esta ciudad Patrimonio de la Humanidad.
PARQUE GÜELL
En el parque más famoso de Barcelona, Gaudí creó su obra más espectacular. Aquí plasmó su ingenio y su recreación artística de los mil caprichos de la Naturaleza. Patrimonio de la Humanidad, entre sus espacios emblemáticos no hay que perderse la escalinata del Dragón, la sala Hipóstila, el teatro griego, el pórtico de la Lavandera y los jardines de Austria.
SEGOVIA
Es el acueducto, sí, y el cochinillo, también, los que han dado fama a esta ciudad. Solo con eso ya sería suficiente razón para descubrir Segovia. Pero la ciudad tiene también muchos otros atractivos añadidos: paseos verdes, el Alcázar que parece un castillo de cuento, rutas literarias, una vieja judería y más de 20 templos románicos. Un imprescindible entre los destinos españoles que nadie debería dejar de visitar.
PLAZA DEL OBRADOIRO
La fachada barroca de la catedral que se asoma a la plaza del Obradoiro da la bienvenida a los miles de peregrinos que llegan por el Camino de Santiago. Por eso y porque es su centro monumental acapara todo el protagonismo. Lo mejor será situarse en su centro y dar un giro 360º para admirar los edificios que cierran todos sus lados y representan los principales polos de la vida de la capital gallega: el Hostal de los Reyes Católicos, hoy parador de Turismo y antes hospital de peregrinos; el Colegio de San Xerome, sede del rectorado de la universidad, y el Palacio de Raxoi, sede del Ayuntamiento.
TOLEDO
Abrazada por el meandro del Tajo, Toledo, declarada Patrimonio de la Humanidad, es una ciudad monumental que se alza en lo alto de una colina. A sus calles y plazas medievales asoman sus señas de identidad: la Catedral, el Alcázar, el monasterio de San Juan de los Reyes, la sinagoga de Santa María La Blanca, el Museo del Greco, la Judería… Huellas importantes de una ciudad tolerante que siempre ha respetado los pasos de los pueblos que la eligieron y que le han otorgado el sobrenombre de Ciudad de las Tres Culturas.
